Una de las formas más sencillas de identificar cuándo estamos inmersos en patrones de pensamientos negativos, es escuchar a nuestro cuerpo.
Por naturaleza, somos seres equilibrados, amorosos, alegres y abundantes.
Lo que no siempre tenemos consciente, es que a raíz de creencias que van en contra de esta verdad (aprendidas desde nuestra infancia), muchas veces nuestra mente no produce pensamientos desde esa naturaleza positivas, de bienestar, sino desde lo que creemos sobre nosotros.
Entonces, cuando tenemos pensamientos negativos, de miedo, de inseguridad, de carencias, lo que esto genera en nuestro cuerpo es un desequilibrio. Es decir, lo que estamos pensando, no está en sintonía con lo que somos realmente.
Por lo tanto, este desequilibrio mental, crea un desequilibrio físico.
Siendo esto así, cuando tenemos pensamientos positivos, de bienestar, seguridad, amor, confianza, es cuando nos sentimos físicamente bien.
Nuestro cuerpo está equilibrado porque nuestros pensamientos están en sintonía con su estado natural.
Si nos fijamos en nuestro cuerpo, y vemos que tenemos ansiedad, tensiones en el cuello o la espalda, gastritis, dolores de cabeza, esto nos dice que nuestros patrones de pensamiento negativos están predominando sobre los positivos.
El cambio consciente, una vez que nos damos cuenta de que no nos estamos sintiendo bien, a pensamientos positivos y en consonancia con cómo nos queremos sentir es clave para cambiar cómo nos sentimos en nuestro día a día.
Ahora, ¿cómo llegamos al punto de, más allá de cambiarlos conscientemente, dejar de producirlos?
Para esto hay que ir la raíz de tus patrones de pensamiento negativos (tus creencias negativas sobre ti mismo).
Si estás interesado, llena este formulario y solicita una sesión con un coach o terapeuta.
Ellos te ayudarán a identificarlas, darte el camino para empezar a cambiarlas, y acompañarte en el proceso, si así lo quieres.