Cuando nos vamos a dormir y seguimos en estado de alerta, tensos, ansiosos, a la defensiva, conciliar el sueño puede tomar hasta horas. Y aún así, una vez que lo logras, el descanso no es profundo. Aunque tu cuerpo este “dormido”, tu mente sigue dando vueltas.
Cuando el cansancio se acumula, lo que en cualquier otro momento sería una situación mucho más sencilla de manejar, se termina convirtiendo en motivo de molestia, apatía, irritabilidad, ansiedad, desenfoque, improductividad. Súmalo por unos meses y ese diagnóstico termina en burnout.
Entonces, ¿Cómo hacemos para calmar nuestra mente y relajar el cuerpo al irnos a dormir?
Les compartimos 3 tips para probar desde hoy:
- Delega tus tareas en la noche. ¿A qué me refiero con esto? – Es muy probable que al acostarte, no has terminado de poner tu cabeza en la almohada cuando ya estás pensando en lo que tienes que hacer al día siguiente. Cuando esto pase, delégale esas tareas a tu “yo” del futuro. Literalmente, visualízate trabajando al día siguiente y “entrégale” la responsabilidad de los pendientes y problemas en tu mente. “Esto, esto y esto le toca a él. A mí me toca descansar.“
- Respira. Respira. Respira. – Cómo bien dice el dicho, “si controlas tu respiración, controlas tu cerebro.” Inhala durante 8 segundos, exhala durante 8 segundos. Hazlo una y otra vez, hasta que te sientas relajado y con tu mente en calma. Cuando estamos en estado de alerta -ansiosos, preocupados, tensos, irritados- nuestra respiración es mucho más acelerada. Si cambiamos nuestra respiración a una mucho más pausada, el cuerpo -y en consecuencia, nuestros pensamientos y emociones- interpreta que podemos relajarnos y que “estar alerta” ya no es necesario.
- No “forces” el sueño. – Ese “tengo que dormir, tengo que dormir” que aparece en tu mente cada vez que ves el reloj y sacas la cuenta de cuántas horas de sueño te quedan, lo que hace es ponerte más tenso. Lo que estamos buscando es relajarnos. Espera tranquilo a dormirte. Si pasa mucho tiempo y no concilias el sueño, levántate, toma un vaso de agua caliente, lee un poco, y vuelve a la cama. No te presiones, acompáñate.
Buen sueño= buen desempeño, buen humor, productividad, vitalidad, energía.
Y sobretodo, menos burnout.
Como ya sabes, si estás interesado en un trabajo más profundo para salir del burnout o reducir tu estrés, llena este formulario y solicita una sesión con un coach o terapeuta.
¡Que tengas un excelente inicio de semana!