El burnout, el estrés y el síndrome de agotamiento laboral son lo mismo. Pueden tener características similares, hoy les compartimos las diferencias claves entre el estrés y burnout que debes conocer para tomar las acciones acertadas en cada caso.
Te compartimos las 7 diferencias claras que hay entre ambos conceptos: Estrés vs Burnout
Estrés
- Las emociones están a flor de piel
- Exceso de obligaciones
- Sensación de urgencia e hiperactividad
- Produce pérdida de energía
- Te lleva a vivir trastornos de ansiedad
- El daño primario es físico
- Puede llevar a enfermedades físicas
Burnout
- Sensación de estar fuera de lugar
- Las emociones están aplanadas
- Sensación de impotencia y desesperanza
- Produce pérdida de motivación
- Te lleva a la depresión
- El daño primario es emocional
- Puede hacer parecer que la vida no vale la pena vivirla
Conclusión: El resultado del estrés sostenido es burnout en todo su esplendor.
Cuando todavía te sientes estresado, pero no apático, dispones de más energía y capacidad emocional para hacer lo necesario y evitar llegar al burnout.
Entonces, ¿Qué podemos hacer para mejorar nuestra condición?:
Conocer y entender a profundidad tu estado emocional es lo primero y lo más importante. ¿A qué me refiero con esto? Si tu sabes que no te estás sintiendo bien, la forma de solucionarlo no es evadiéndolo. Es viéndolo de frente. Siéntate unos minutos, agarra papel y lápiz y define:
¿Qué y cómo te sientes?
¿Por qué te sientes así?
¿Qué te gusta y qué no te gusta de tu vida y tu trabajo actualmente?
¿Qué crees que tienes que cambiar para que tu situación mejore?
¿Cuáles de esos cambios están en tu control y cuáles no?
La honestidad hará más claro el camino. Sólo el hecho de ponerlo en papel te hará sentir aliviado, y te va a dar claridad para tomar las decisiones que consideras necesarias:
- ¿Tienes que poner más límites en el trabajo?
- ¿El trabajo que realizas es el deseado?
- ¿Tienes una buena relación con tus compañeros?
- ¿Qué puedes hacer para mejorarla?
- ¿Cómo esta tu relación contigo mismo?
- ¿Realizas alguna actividad deportiva?
- ¿Tu alimentación es balanceada?
- ¿Eres compasivo y amoroso con tus emociones y estados de ánimo?
- ¿Te tomas espacios para descansar y respetar tu tiempo?
Todo esto, en conjunto, o suma, o resta. Ponlas todas en orden, y empiezas a sentirte mejor. Déjalas en desorden, o sin hacerte responsable, y te sientes peor. Ahora, todo esto suena muy bonito, siempre y cuando sientes que tienes la energía y la capacidad de hacerlo. Si solo la idea de hacer esta introspección te abruma, te cansa, o tu primera reacción es descartarla, probablemente es bueno pensar en buscar ayuda. Alguien que te ayude a identificar lo que no te sientes capaz de ver y entender, pero que sabes que está ahí y tiene que cambiar, es clave para empezar el proceso de sanar.
Si ese es tu caso, llena este formulario, y te ayudaremos.